lunes, 7 de marzo de 2011

LA CABINA



A mí nunca me han atraído los cortometrajes lo más mínimo. Pero en esta ocasión, debo agradecer al director Antonio Mercero que redujera la angustia  del corto "La cabina" del año 1972, a 35 minutos.

La película ha soportado muy bien el paso del tiempo, y su propósito sigue vigente casi 40 años después. El protagonista queda atrapado en una cabina de teléfonos y como si de una película muda se tratara, nos transmite su miedo y su desesperación sin que podamos oirle. De esta manera, nos convertimos en uno más de los curiosos que se agolpan en la calle a contemplar la escena. Secundariamente podemos decir que es una fotografía de la sociedad española de los años 70, pero lo que es más importante, se trata de una película de terror en estado puro: Sin efectos especiales que nos hagan saltar del asiento, sin música apabullante que retumbe en nuestro interior, sin jugar con el recurso de la noche y la oscuridad, sin retoques por ordenador, sin adentrarnos en el más allá, sin llenar la pantalla de sangre hasta salpicarnos, y sin asesino psicópata. Miedo del más acá que una vez acabado el film, te deja sentado en el sofá con una alta dosis de desasosiego.
¿Qué puede haber peor que la crueldad gratuita? ¿O que la maldad indiscriminada hasta sus últimas consecuencias?.
En 1998 algún publicista posiblemente impresionado por el corto, simbolizó el final del monopolio de Telefónica, con un anuncio para Retevisión donde el magnífico actor José Luis López Vázquez, sale de una cabina de teléfonos en mitad de la nada. Todo un alivio para el espectador.

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